William, en un día cualquiera, escuchó un sermón en una iglesia. Él cual hablaba sobre la historia de Jacob e hizo una promesa con Dios diciendo: "Si me sacas de esta situación, voy a dar el diez por ciento de cada dolar que he de ganar" y más tarde, en esa misma noche, luego de una experiencia algo milagrosa y muy espiritual, por medio de un llamado en un sueño se decidió aprender y a fabricar crema dental.

Luego se convirtió en un socio de la empresa y, años más tarde, al morir su otro socio él quedó como único propietario. Y así fue como creó su propia marca y empresa.
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